¿De verdad necesitamos baterías externas hoy en día?

17 de septiembre de 2025

He estado llevando una batería externa durante años, pero últimamente me he estado preguntando si todavía vale la pena. El otro día, traté de revivir mi vieja batería externa que había estado guardada en mi cajón durante meses. Después de cargarla durante lo que pareció una eternidad y ver girar mi medidor de electricidad, solo logró mantener mi teléfono con vida durante unos 20 minutos antes de morir por completo. Fue entonces cuando comencé a preguntarme: ¿las baterías externas se han vuelto obsoletas?

El argumento en contra de las baterías externas

Seamos honestos, las baterías externas no son lo que solían ser. Son caras, a menudo cuestan tanto como un par de auriculares decentes. Tardan una eternidad en cargarse por completo, y después de aproximadamente dos años de uso regular, la capacidad de la batería se degrada tanto que se vuelven prácticamente inútiles. Cuando finalmente mueren, encontrar un lugar para repararlas es casi imposible, por lo que la mayoría de nosotros simplemente las tiramos a la basura y contribuimos a más residuos electrónicos.

Mientras tanto, nuestros teléfonos han mejorado significativamente. Los teléfonos inteligentes modernos vienen con baterías más grandes que duran mucho más que los teléfonos que teníamos hace cinco años. La tecnología de carga rápida también ha mejorado drásticamente: ahora puedes obtener una carga del 50% en solo 15-20 minutos con el cargador adecuado.

Lo que dice la gente

Pregunté por ahí para ver qué piensan los demás sobre las baterías externas en estos días, y las respuestas fueron sorprendentemente divididas. Una persona hizo un punto convincente:

"Todavía deberías tener una para emergencias, como cuando viajas lejos de casa, estás atrapado en un hospital o trabajas en un lugar donde no puedes enchufar constantemente tu teléfono. No todo el mundo trabaja desde una ubicación fija y no siempre puedes pedir prestado el cargador de alguien."

Otros han abandonado por completo las baterías externas desde que la carga rápida se convirtió en algo común. "Desde que salió la carga rápida, abandoné mi batería externa. Si realmente necesito energía, simplemente me detengo en una cafetería y me conecto un poco, el teléfono se llena rápidamente", me dijo un amigo.

La realidad del uso moderno

Esto es lo que he notado: muchos de nosotros compramos baterías externas con buenas intenciones, pero rara vez las usamos. Como admitió una persona: "Compré una por impulso, pero nunca la uso porque mi teléfono dura todo el día y siempre llevo mi cargador normal de todos modos". Este parece ser un patrón común: las compramos para tener tranquilidad, pero terminamos dejándolas acumular polvo en nuestros bolsos o cajones.

La ironía es que, para cuando realmente las necesitamos, a menudo se han autodescargado o degradado por falta de uso. A las baterías de litio no les gusta estar inactivas durante períodos prolongados, por lo que esa batería externa de emergencia que compraste hace dos años podría estar muerta cuando finalmente la necesites.

Cuándo las baterías externas todavía tienen sentido

A pesar de mi escepticismo, todavía existen casos de uso válidos para las baterías externas:

  • Viajes de larga distancia donde las tomas de corriente no están garantizadas
  • Actividades al aire libre como senderismo o camping
  • Situaciones laborales en las que te mueves constantemente entre ubicaciones
  • Preparación para emergencias (desastres naturales, cortes de energía)
  • Usuarios de teléfonos pesados que agotan su batería antes de que termine el día

La clave es ser realista sobre si realmente encajas en estas categorías o si simplemente estás comprando una "por si acaso".

Encontrar un punto intermedio

Después de reflexionar sobre esto, me he dado cuenta de que la respuesta no es blanco o negro. Para los viajeros diarios que trabajan en oficinas o desde casa, una batería externa podría ser de hecho un gasto innecesario. Pero para las personas que viajan con frecuencia o trabajan en el campo, siguen siendo herramientas esenciales.

Si decides quedarte con una batería externa, aquí tienes algunos consejos prácticos:

  • Compra una de menor capacidad (10,000 mAh o menos) que sea más fácil de transportar
  • Elige una con soporte de carga rápida para minimizar el tiempo de carga
  • Úsala ocasionalmente para mantener la batería saludable
  • Considérala una herramienta especializada en lugar de un artículo de uso diario

Mi conclusión

He decidido reducir el tamaño de mi voluminosa batería externa de 20,000 mAh a una delgada de 5,000 mAh que solo llevo cuando sé que estaré lejos de las tomas de corriente durante períodos prolongados. Para el uso diario, confío más en la carga estratégica: recargar durante las pausas para el café o llevar un cargador de pared compacto en su lugar.

La verdad es que la tecnología ha evolucionado hasta el punto en que las baterías externas han pasado de ser esenciales a situacionales. No son completamente obsoletas, pero ya no son el accesorio imprescindible que alguna vez fueron. Antes de comprar tu próxima batería externa, pregúntate: ¿cuándo fue la última vez que realmente necesitaste una? La respuesta podría ahorrarte dinero y espacio en el cajón.